TRABAJO PRÁCTICO
3º HISTORIA
PROF. JOAQUINA CORINA
“LAS PRESIDENCIAS MODERNAS”
CONSIGNAS DE TRABAJO
1. Lean los textos.
2. Subrayen ideas principales y secundarias
3. Expliquen cuáles son las ideas y estrategias que estaban presentes en estos presidentes cuando escribieron estos textos.
4. Entregar
MITRE le escribe una Carta a José Hernández, autor del Martín Fierro.
Después que Vd. lea mi nota crítica, no extrañará que le manifieste con franqueza, que creo que Vd. ha abusado un poco del naturalismo, y que ha exajerado el colorido local, en los versos sin medida de que ha sembrado intencionalmente sus páginas, así como con ciertos barbarismos que no eran indispensables para poner el libro al alcance de todo el mundo, levantando la inteligencia vulgar al nivel del lenguaje en que se expresan las ideas y los sentimientos comunes al hombre.
No estoy del todo conforme con su filosofía social, que deja en el fondo del alma una precipitada amargura sin el correctivo de la solidariedad social. Mejor es reconciliar los antagonismos por el amor y por la necesidad de vivir juntos y unidos, que hacer fermentar los odios, que tienen su causa, más que en las intenciones de los hombres, en las imperfecciones de nuestro modo de ser social y político. Sin embargo, tal como es, creo «que no se ha de llover el rancho» en que su libro se lea.
Felicitando á Vd. por el singular éxito que ha alcanzado su libro, y que atestiguan sus numerosas y copiosas ediciones, me es grato suscribirme de usted.
Su compatriota —Bartolomé Mitre-Buenos Aires, Abril 14 de 1879.
SARMIENTO plantea en Facundo:
“Pero el elemento principal de orden y moralización que la República Argentina cuenta hoy es la inmigración europea, que de suyo y en despecho de la falta de seguridad que le ofrece, se agolpa de día en día en el Plata, y si hubiera un Gobierno capaz de dirigir su movimiento, bastaría por sí sola a sanar en diez años no más, todas las heridas que han hecho a la Patria los bandidos, desde Facundo hasta Rosas, que la han dominado. Voy a demostrarlo. De Europa emigran anualmente medio millón de hombres al año por lo menos, que poseyendo una industria o un oficio, salen a buscar fortuna y se fijan donde hallan tierra para poseer. Hasta el año 1840 esta inmigración se dirigía principalmente a Norte-América, que se ha cubierto de ciudades magníficas y llenado de una inmensa población a merced de la inmigración. Tal ha sido a veces la manía de emigrar, que poblaciones enteras de Alemania se han transportado a Norte-América, con sus alcaldes, curas, maestros de escuela, etc. Pero al fin ha sucedido que en las ciudades de las costas, el aumento de población ha hecho la vida tan difícil como en Europa, y los emigrados han encontrado allí el malestar y la miseria de que venían huyendo. Desde 1840 se leen avisos en los diarios norte-americanos previniendo los inconvenientes que encuentran los emigrados, y los cónsules de América hacen publicar en los diarios de Alemania, Suiza e Italia avisos iguales para que no emigren más. En 1843 dos buques cargados de hombres tuvieron que regresar a Europa con su carga y en 1844 el Gobierno francés mandó a Argel veintiún mil suizos que iban inútilmente a Norte-América.
Aquella corriente de emigrados que ya no encuentran ventaja en el Norte han empezado a costear la América. Algunos se dirigen a Tejas, otros a México cuyas costas malsanas los rechazan; el inmenso litoral del Brasil no les ofrece grandes ventajas a causa del trabajo de los negros esclavos, que quita el valor a la producción. Tienen, pues, que recalar al Río de la Plata, cuyo clima suave, fertilidad de la tierra y abundancia de medios de subsistir los atrae y fija. Desde 1836 empezaron a llegar a Montevideo millares de emigrados, y mientras Rosas dispersaba la población natural de la República con sus atrocidades, Montevideo se agrandaba en un año hasta hacerse una ciudad floreciente y rica, más bella que Buenos Aires y más llena de movimiento y comercio. Ahora que Rosas ha llevado la destrucción a Montevideo, porque este genio maldito no nació sino para destruir, los emigrados se agolpan a Buenos Aires y ocupan el lugar de la población que el monstruo hace matar diariamente en los ejércitos, y ya en el presente año propuso a la Sala enganchar vascos para reponer sus diezmados cuadros.
El día, pues, que un Gobierno nuevo dirija a objetos de utilidad nacional los millones que hoy se gastan en hacer guerras desastrosas e inútiles y en pagar criminales; el día que por toda Europa se sepa que el horrible monstruo que hoy asola la República, y está gritando diariamente "muerte a los extranjeros", ha desaparecido, ese día la inmigración industriosa de la Europa se dirigirá en masa al Río de la Plata; el NUEVO GOBIERNO se encargará de distribuirla por las provincias: los ingenieros de la República irán a trazar en todos los puntos convenientes los planos de las ciudades y villas que deberán construir para su residencia, y terrenos feraces les serán adjudicados; y en diez años quedarán todas las márgenes de los ríos cubiertas de ciudades, y la República doblará su población con vecinos activos, morales e industriosos. Estas no son quimeras; pues basta quererlo, y que haya un gobierno menos brutal que el presente para conseguirlo. El año 1835 emigraron a Norte-América quinientas mil seiscientas cincuenta almas. ¿Por qué no emigrarían a la República Argentina cien mil por año, si la horrible fama de Rosas no los amedrentase? Pues bien: cien mil por año harían en diez años un millón de europeos industriosos diseminados por toda la República, enseñándonos a trabajar, explotando nuevas riquezas, y enriqueciendo al país con sus propiedades; y con un millón de hombres civilizados la guerra civil es imposible, porque serían menos los que se hallarían en estado de desearla. La Colonia escocesa que Rivadavia fundó al sud de Buenos Aires lo prueba hasta la evidencia; ha sufrido de la guerra, pero ella jamás ha tomado parte, y ningún gaucho alemán ha abandonado su trabajo, su lechería o su fábrica de quesos para ir a corretear por la Pampa”.
AVELLANEDA
Decía en 1877 "Los tenedores de bonos argentinos deben, a la verdad, reposar tranquilos. La República puede estar dividida hondamente en partidos internos; pero no tiene sino un honor y un crédito, como sólo tiene un nombre y una bandera ante los pueblos extraños. Hay dos millones de argentinos que economizarían hasta sobre su hambre y sobre su sed, para responder en una situación suprema a los compromisos de nuestra fe pública en los mercados extranjeros."
EL periódico El Mosquito satirizaba así la llegada del frigorífico:
"Yo me quedo asombrado cuando pienso en todas las ventajas que se pueden sacar del invento del frigorífico. Las mujeres podrán construir cada una en su casa un retrete frigorífico, sea sencillo o sea adornado como un elegante tocador, y si tienen la constancia de no salir de él, sino para ir a las tiendas, recibir visitar y comer, conservarán una juventud eterna, y a los 80 parecerán mozas de 25 años. El sistema frigorífico aplicado a la política, producirá también efectos benéficos; las revoluciones serán más raras, si encierran a los autores de revoluciones en calabozos frigoríficos, porque la baja temperatura de su prisión calmará sin duda su ardor revolucionario."
martes, 30 de marzo de 2010
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