martes, 15 de junio de 2010

CONFLICTO DE PERÓN CON LA IGLESIA CATÓLICA

Comienza el conflicto con la Iglesia cuando suprime la enseñanza religiosa en los colegios. Se aprueba la primera ley de Divorcio Vincular y el proyecto de reforma constitucional que declara la separación entre la Iglesia y el Estado.

http://www.casarosada.gov.ar/index.php?id=1087&option=com_content&task=view

Entre 1954 y 1955 se desplegó un fuerte enfrentamiento entre Perón y la Iglesia Católica, una tradicional institución en el país, que había sido aliada a su gobierno hasta entonces.
Ahora, sectores católicos propiciaban la creación de un Partido Demócrata Cristiano que represente sus ideales, a la manera de los que existían en Europa.
El conflicto se exacerbó cuando en mayo de 1955 un grupo de legisladores oficialistas presentaron un proyecto para convocar a una nueva Convención Constituyente que entre otras reformas realizaría la separación de la Iglesia y del Estado, el proyecto fue aprobado con la oposición de la U.C.R.
Nuevas medidas tuvieron el mismo rumbo. Se estableció el divorcio vincular, se derogó la ley de enseñanza religiosa de 1946 y se les quitó el apoyo a los institutos privados de enseñanza católica.
El día 11 de junio se realizó la procesión de Corpus Christi en Buenos Aires, como era habitual, pero esa vez en 1955 adquirió el carácter de marcha de oposición al gobierno. Asistieron representantes de todo el abanico antiperonista, desde la U.C.R. hasta el Comunismo.
El gobierno culpó a los manifestantes de la "quema de la bandera", hecho que no fue clasificado. Alentados por los sucesos, un sector rebelde de las Fuerzas Armadas bombardeó Plaza de Mayo; la respuesta de los adictos al gobierno fue el incendio de la Curia y de templos como el de San Ignacio, Santo Domingo y San Francisco (16 de junio de 1955).

Según Diario La Nación

Se ha dicho también que el conflicto del peronismo con la Iglesia estalló en 1954 como una consecuencia comprensible del estado de omnipotencia al que Perón se sentía llevado a medida que se consolidaba su poder personal. Se ha señalado, asimismo, que el vínculo con la dirigencia eclesiástica se deterioró porque, en los años cincuenta, el régimen peronista explicitó su ambición de educar a las nuevas generaciones en las "veinte verdades" justicialistas, lo cual implicaba una politización de la enseñanza que la Iglesia veía con recelo y preocupación. No faltan historiadores que mencionen entre las causas de la ruptura el implacable avance del régimen peronista hacia una suerte de estatización del asistencialismo social, con el emblemático protagonismo de la Fundación Eva Perón. Ese avance -se dice- significaba poner el pie en un territorio social que históricamente había estado reservado a las organizaciones de la Iglesia.
En realidad, el rompimiento de Perón con la Iglesia no se debió a una sola causa sino a una suma de factores. Es probable que las distintas causales que hemos ido mencionando hayan tenido alguna influencia en el desenlace final.
Lo cierto es que el conflicto quedó planteado en toda su crudeza el 10 de noviembre de 1954, cuando Perón dijo públicamente, en una reunión de gobernadores, que en la Argentina había curas y prelados que estaban desplegando actividades perturbadoras. Tras nombrar uno por uno a esos sacerdotes que actuaban, supuestamente, como enemigos de su gobierno, Perón destacó que pertenecían, principalmente, a tres diócesis del interior: la de Córdoba, la de Santa Fe y la de La Rioja.
A partir de allí, la crisis se fue agudizando. Los diarios de la cadena oficialista lanzaron una agresiva campaña contra la Iglesia y pronto el enfrentamiento escapó a todo control. Entre diciembre de 1954 y junio de 1955, el gobierno hizo sancionar diferentes normas que fueron recibidas como un ataque directo a la fe católica. Por lo pronto, suprimió la enseñanza religiosa en las escuelas públicas, anulando así una de las novedades que el golpe de estado de 1943 había introducido y que el propio peronismo había confirmado en 1947.
Además, se introdujo en la legislación argentina el divorcio vincular, se dictó la equiparación de los hijos ilegítimos con los legítimos y se resolvió convocar a una nueva reforma constitucional para imponer la separación de la Iglesia y el Estado. No faltó detalle en esa ofensiva antirreligiosa: hasta se dispuso la reapertura de los prostíbulos.

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=712038

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